El autismo y el retraso en el habla son dos condiciones que pueden presentar similitudes en cuanto a sus manifestaciones, lo que puede dificultar su diferenciación. Sin embargo, es importante distinguir entre ambas condiciones para poder brindar el tratamiento adecuado y ayudar al niño a alcanzar su máximo potencial.
El autismo es un trastorno del neurodesarrollo que se caracteriza por dificultades en la comunicación y la interacción social, así como por comportamientos repetitivos e intereses restringidos. Por otro lado, el retraso en el habla se refiere a una demora en la adquisición del lenguaje y la comunicación oral, sin que necesariamente se presenten dificultades en otras áreas del desarrollo.
Ahora bien, el mayor problema reside en que si solamente el niño presenta el síntoma de que no habla o no habla bien, muchos profesionales se alertan y el espectro autista sale a la luz. Nada mas lejos de la realidad, no todos lo niños van al mismo ritmo unos necesitan mas tiempo que otros para ciertas actividades, así que veamos mas diferencias:
¿Cómo diferenciar autismo de retraso en el habla?
A continuación, se describen algunas de las principales diferencias entre el autismo y el retraso en el habla:
Comunicación no verbal
- Los niños con autismo pueden tener dificultades para comunicarse verbalmente y no verbalmente. Por ejemplo, pueden tener dificultades para mantener el contacto visual, mostrar emociones y responder a las señales sociales.
- Por otro lado, los niños con retraso en el habla pueden tener dificultades para hablar, pero pueden ser capaces de comunicarse a través de gestos y expresiones faciales.
Interacción social
- Los autistas pueden tener dificultades para interactuar con otras personas, pueden tener dificultades para establecer amistades y pueden parecer estar en su propio mundo.
- En cambio, con retraso en el habla pueden tener dificultades para comunicarse con otras personas, pero pueden ser capaces de interactuar y socializar con los demás.
Intereses restringidos
- Los niños que padecen autismo pueden tener intereses muy específicos y restringidos, y pueden mostrar un comportamiento repetitivo y estereotipado.
- Esto no tiene porqué suceder en los niños con retraso en el habla ya que pueden no tener intereses restringidos y su comportamiento puede ser más variable.
Desarrollo cognitivo
- Los niños con autismo pueden tener un desarrollo cognitivo normal o incluso superior, pero pueden tener dificultades para aplicar su conocimiento en situaciones sociales.
- En cambio, los niños con retraso en el habla pueden tener un desarrollo cognitivo retrasado y pueden tener dificultades para comprender y procesar información.
Dificultades motoras
- Algunos niños con autismo pueden tener dificultades motoras, como problemas de coordinación y movimientos torpes.
- Raro es que un niño cuyo problema sería un retraso en el habla tenga estas dificultades.
Para darnos cuenta de si es Autismo o retraso del lenguaje, otra diferencia muy clara entre ambas condiciones es que el autismo puede manifestarse a temprana edad, mientras que el retraso en el habla puede detectarse en los primeros años de vida, pero también puede manifestarse más adelante.
Otro aspecto que puede ayudar a distinguir entre ambas condiciones es el comportamiento del niño. Los niños con autismo suelen tener comportamientos repetitivos, intereses restringidos y una resistencia al cambio. En cambio, los niños con retraso en el habla pueden presentar una frustración por no poder comunicarse efectivamente, pero en general no presentan los mismos comportamientos repetitivos e intereses restringidos que los niños con autismo.
Aunque cuidado debemos tener en cuenta que, en algunos casos, un niño puede presentar tanto autismo como retraso en el habla, lo que puede complicar aún más el diagnóstico y el tratamiento. En estos casos, es fundamental trabajar de manera coordinada con un equipo de profesionales de la salud mental para identificar y abordar las necesidades específicas del niño.
En conclusión, el autismo y el retraso en el habla son dos condiciones que pueden presentar similitudes en cuanto a sus manifestaciones, pero que se diferencian en su foco y enfoque de tratamiento. Es importante que los padres y cuidadores estén atentos a las señales tempranas de estas condiciones y busquen la ayuda de un profesional de la salud mental en caso de sospechar que el niño pueda estar presentando alguna de ellas. Con el tratamiento adecuado y la intervención temprana, los niños con autismo y retraso en el habla pueden alcanzar su máximo potencial y lograr una vida plena e independiente.