Los niños con autismo son individuos únicos y su forma de interactuar con el mundo y las personas que les rodean puede variar significativamente. Partiendo de esta premisa existen ciertas prácitas que deben evitarse al interactuar con un niño autista:
¿Qué no hacer con un niño autista?
- Forzar al niño a interactuar socialmente: Los niños con autismo pueden tener dificultades para interactuar socialmente y pueden sentirse incómodos o abrumados en situaciones sociales. No debemos forzarlos a interactuar o a hacer contacto visual si no se sienten cómodos con ello.
- Castigar o regañar por comportamientos típicos del autismo: Los comportamientos típicos del autismo, como la conducta repetitiva o el aislamiento social, son parte del trastorno y no deben ser castigados o regañados. Es importante entender que estos comportamientos son una forma de lidiar con el mundo para el niño.
- Comparar al niño con sus hermanos o amigos: Cada niño con autismo es único y tiene sus propios fortalezas y debilidades. No debemos compararlos con sus hermanos o amigos y debemos aceptarlos tal y como son.
- Ignorar sus necesidades sensoriales: Los niños con autismo pueden tener necesidades sensoriales únicas, como hiper o hipersensibilidad al ruido, al tacto o a la luz. Es importante tener en cuenta estas necesidades y tratar de minimizar cualquier estímulo que pueda causarles incomodidad.
- Asumir que no pueden aprender: Los niños con autismo tienen el mismo potencial para aprender y desarrollar habilidades que cualquier otro niño. Debemos proporcionarles las herramientas y el apoyo adecuados para ayudarles a alcanzar su máximo potencial.
¿Qué no soportan los niños autistas?
Los niños con autismo pueden tener dificultad para procesar y tolerar ciertos estímulos sensoriales. Algunos de los estímulos que pueden ser difíciles para ellos incluyen:
- Estímulos auditivos: Es posible que puedan tener una hipersensibilidad al ruido, lo que puede hacer que el sonido de los objetos cotidianos sea insoportable para ellos.
- Estímulos táctiles: Algunos niños con autismo pueden tener dificultad para tolerar el contacto físico o la textura de ciertos objetos o ropa.
- Estímulos visuales: Algunos niños con autismo pueden tener dificultad para procesar una gran cantidad de estímulos visuales al mismo tiempo, lo que puede hacer que les sea difícil concentrarse en una tarea.
- Cambios en su rutina: Algunos niños con autismo pueden tener dificultad para adaptarse a cambios en su entorno o rutina, ya que pueden sentirse abrumados o incómodos con el cambio.
- Sobrecarga sensorial: Puede ser difícil para los niños con autismo tolerar una gran cantidad de estímulos sensoriales al mismo tiempo, especialmente en ambientes ruidosos o concurridos.
- Los colores: en cuanto a los colores existen algunos como el color rojo que no suele ser el que mas le agrada.
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Es importante recordar que cada niño con autismo es único y puede tener dificultades diferentes. Es importante trabajar en colaboración con los profesionales de la salud y los cuidadores del niño para identificar los estímulos que son difíciles para él y trabajar en estrategias para ayudarle a manejarlos mejor.
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